lunes, 25 de agosto de 2008
Durante gobierno de Dalai Lama tibetanos eran vendidos como mercancía
Por: Prensa Web RNV
Fecha de publicación: 21/03/08
21 Marzo 2008. - Según un artículo publicado por la agencia china Xinhua se evidencia una visión distinta a la difundida por medios de comunicación sobre el Dalai Lama, a continuación presentamos un resumen de este artículo titulado: La " democracia ", el adorno engañoso del Dalai-Lama.
Cuando el Dalai Lama y la clase de los propietarios estaban en el poder en Tibet en los años previos a 1959, el 95 por ciento de la población eran siervos feudales sin ningún derecho humano.
Los siervos y los esclavos, no disponían de ningún derecho fundamental del hombre y no tenían ninguna libertad. Desde su nacimiento, los siervos pertenecían a un propietario. Su existencia, su muerte y su matrimonio dependían de la voluntad de su propietario. Tratados como ganado, los siervos podían ser vendidos, comprados, transferidos, propuestos como dote, ofrecidos a título de gracia por otros propietarios de siervos, utilizados para apurar deudas o intercambiados por otros siervos.
Eran frecuentemente insultados y abatidos o incluso debían enfrentarse a castigos de una violencia excepcional: por ejemplo, se les arrancaba los ojos, se les cortaba la lengua o las orejas, las manos o los pies, se les arrancaba los tendones, a no ser que se les ahogase o que se les empujase al vacío desde la cima de un acantilado.
"La integración de la política y de la religión" constituían el fundamento de la servitud feudal del Tibet. Bajo tal sistema, la religión no era sólo una creencia espiritual sino también una entidad política y económica.
En los monasterios, que también se beneficiaban de los priviliegios feudales, también existía opresión y explotación.
Una décima parte de los jóvenes tibetanos entraban en el monasterio para convertirse en monjes. Al ser impedidos de la producción material y de la reproducción humana, los monjes llevaron esta región a una depresión económica y al declive de la población del Tibet.
Con este avasallamiento espiritual y la promesa de la beatitud en una vida ulterior, el grupo privilegiado de monjes y de nobles no solo privaba a los siervos de su libertad física, sino también de su libertad espiritual.
El despotismo cultural reinante bajo esta estructura sociopolítica teocrática no permitía que el pueblo pudiese escoger su propia creencia religiosa, impidiendo una verdadera libertad de culto.
Hace tiempo que el Tibet y otros elementos de la comunidad tibetana en China han realizado la separación entre política y religión, llevando a cabo reformas democráticas e implantando gobiernos regionales autónomos, comprometidos con la construcción política y democrática del socialismo. Contrastándolo con esta realidad, el discurso vacío sobre la democracia que nos presenta el Dalai Lama y sus partidarios internacionales sólo constituye la apariencia barata que exhibe para abusar del público.
Heinrich Harrer. El maestro Nazi del "Dalai Lama"
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