martes, 10 de junio de 2008

Evo exige respeto a la UE


Morales amenaza con imponer visados y bloquear la negociación con la UE
Bruselas.- El presidente de Bolivia, Evo Morales, amenazó hoy con bloquear las negociaciones comerciales entre la UE y la comunidad andina e imponer restricciones en los visados europeos si se aprueba la llamada "directiva de retorno" a los inmigrantes ilegales, que él considera la "directiva de la vergüenza".

"Promover la libertad de circulación de mercancías y finanzas, mientras en frente vemos encarcelamientos sin juicio para nuestros hermanos que trataron de circular libremente es negar los fundamentos de la libertad y de los derechos democráticos", asegura Morales en una carta remitida a las autoridades de la Unión Europea (UE), a la que ha tenido acceso Efe.

A juicio del mandatario, la "directiva de retorno", tal cual se conoce hoy, es una "directiva de la vergüenza", por lo que llama a la UE a elaborar una política migratoria "respetuosa de los derechos humanos", y que permita "mantener un dinamismo provechoso para ambos continentes".

Los veintisiete aprobaron el pasado jueves por unanimidad la directiva de retorno de inmigrantes ilegales, que aún debe ser aprobada por el Parlamento Europeo el día 18 para su entrada en vigor.

El presidente boliviano se dirige a los europarlamentarios para asegurar que, de salir adelante, "estaríamos en la imposibilidad ética de profundizar las negociaciones con la UE", mientras que se reservaría el derecho de aplicar a los ciudadanos europeos "las mismas obligaciones de visa que nos imponen a los bolivianos desde 2007".

Para justificar dichas advertencias, Morales relata que "estamos bajo una intensa presión de la Comisión Europea para aceptar una profunda liberalización del comercio, los servicios financieros, propiedad intelectual o servicios públicos", para así garantizar la seguridad jurídica de las empresas europeas.

"¿Dónde está la "seguridad jurídica" para nuestras mujeres, adolescentes, niños y trabajadores que buscan mejores horizontes en Europa?", se pregunta Morales.

El mandatario recuerda que a los países de América Latina y Norteamérica "llegaron los europeos, masivamente, sin visas ni condiciones impuestas por las autoridades" a "explotar riquezas y a transferirlas a Europa".

Lo contrapone con los que acuden hoy a la Unión Europea "para contribuir a su prosperidad, no para aprovecharse de ella", al ocupar "empleos de obras públicas, construcción, en los servicios a la persona y hospitales, que no pueden o no quieren ocupar los europeos".

Además, los emigrantes "representan la ayuda al desarrollo que los europeos no nos dan", dice Morales, que pone como ejemplo que en Bolivia las remesas anuales suponen más del 10 por ciento del Producto interior bruto (PIB, 1.100 millones de dólares) o un tercio de sus exportaciones anuales de gas natural.

"Lamentablemente, el proyecto de "directiva de retorno" complica terriblemente esta realidad", según entiende el presidente boliviano.

Para Morales la norma hace de los inmigrantes "chivos expiatorios" de problemas globales como el calentamiento global, la contaminación o la desaparición de los recursos energéticos".

"Los problemas de cohesión social que sufre Europa no son culpa de los inmigrantes, sino el resultado del modelo de desarrollo impuesto por el norte, que destruye el planeta y desmembra las sociedades de los hombres", concluye

Sahara: La revolución de la mujer, en el desierto


http://www.rebelion.org/noticia.php?id=68596

09-06-2008

Sahara: La revolución de la mujer, en el desierto

Archipielago noticias

Fuerte, combativa y trabajadora. La mujer
saharaui ha conseguido en sus tres décadas de
exilio introducirse y avanzar en muchos sectores
de su sociedad. "Siempre hemos sido respetadas,
pero cada vez tenemos más libertades, muchas más
que en otros pueblos árabes", dice la secretaria
general de la Unión de Mujeres Saharauis, Fatma
Mehdi

"La mujer saharaui nunca llora", afirma
contundente y orgullosa Zukeina. Trabaja como
médico en la wilaya de Smara, en los campamentos
de refugiados de Tinduf. Es una de las miles de
saharauis que han obtenido un título
universitario en los últimos años. Antes de 1975,
cuando España abandonó al Sahara Occidental, no
había ninguna. Desde entonces "han cambiado mucho
las cosas para nosotras", explica Fatma Mehdi, la
secretaria general de la Unión Nacional de
Mujeres Saharauis (UNMS) y miembro de la
dirección política del Frente Polisario.
"Luchamos por la independencia de nuestro pueblo;
pero también por la de la mujer porque no
serviría de nada esa independencia si no
consiguiéramos una sociedad equitativa".

En estos momentos "tenemos muchas oportunidades
para formarnos y desarrollarnos como personas",
dice Mehdi. Cada vez hay más avances. Se deben al
status que adquirieron en tiempos de guerra:
"Levantamos los campamentos y nos tuvimos que
valer por nosotras mismas durante mucho tiempo",
cuenta. En esa libertad de la mujer saharaui
también ha influido el carácter nómada de su
gente. "Nos respetan porque siempre hemos
participado en igualdad de condiciones en todas
las tareas del hogar, del campo, del ganadoŠ".

Ahora tienen que trabajar duro para que los
privilegios que se han ganado "con tanto
esfuerzo" no se pierdan. "Cuando regresaron los
hombres del frente", en 1991, "sentimos la
amenaza de que querían recuperar de nuevo el
liderazgo en la familia y de que volvía a
implantarse cierto machismo, pero nos estamos
esforzando por alcanzar la igualdad de
oportunidades y estamos en el buen camino".

Dueñas de su hogar Fatma sabe que su discurso
sería imposible de sostener en otros países
árabes, "como Marruecos", por ejemplo. "Nosotras
somos las dueñas de nuestro hogar, no tenemos que
pedir permiso para recibir a nadie en nuestra
casa y nada se nos puede prohibir; no pasa lo
mismo en otros pueblos".

La igualdad también ha entrado en el mundo de la
política. "El 34 por ciento de los miembros del
Parlamento son mujeres, cuando sólo está obligado
a contar con un 24 por ciento de diputadas".
Ahora se están planteando crear una plataforma de
mujeres políticas y representantes de
instituciones para poder abordar los temas que
más les preocupan y buscar soluciones. "Tenemos
que conseguir que se acostumbren a darnos cargos
de responsabilidad, todavía no les entra en el
coco que una mujer se presente a presidenta de la
República", añade Suelma Beirut, representante de
Exteriores y Cooperación de la UNMS.

Uno de los programas más importantes de esta
organización es el de alfabetización. "No
queremos que nuestras mujeres dejen de formarse
por falta de recursos". La Unión cuenta con una
estructura muy amplia en todas las wilayas
(provincias) y dairas (municipios) en que se
dividen los campamentos. A través de sus
delegaciones se canalizan todas sus actividades.

Zukeina ha pasado muchas horas en la de Smara. En
la guardería de sus instalaciones un grupo de
niños juega bajo la atenta mirada de una joven
saharaui. Mientras, sus madres asisten a clase o
se reúnen para debatir sobre temas sociales o
religiosos. Al lado del salón de belleza, unas
jóvenes recitan el futuro del verbo haber. Pilar
Campos, una cordobesa afincada en Barcelona, es
su profesora desde hace un mes. "Son muy
inteligentes, muy buenas estudiantes, pero
también son muy revoltosas y les pillo muchas
veces copiándose".

Bodas y divorcios Los avances que han conseguido
las mujeres del desierto también han llegado a
las relaciones personales. "Las mujeres ya no
tenemos que casarnos con el candidato elegido por
nuestras familias, la ley nos prohíbe hacerlo
antes de los 16 años y el divorcio no está mal
visto", cuenta Glana, una saharaui de la wilaya
de Smara. Tiene 18 años y todavía no piensa en
novios. "Quiero estudiar primero".

Desde que "salimos del Sahara Occidental nuestra
libertad ha ido engordando poco a poco", insiste
la secretaria general de la UNMS. Y aunque es
cierto que no se repudia a la mujer divorciada,
"en la mayoría de casos es el hombre el que sigue
teniendo la última palabra porque a la mujer
saharaui le cuesta mucho comunicarse". Para
cambiar las tornas, "hace años que existen
comisiones de entendimiento". Cuando una mujer
quiere divorciarse acude con su marido a la
comisión "y allí le ayudamos a que identifique
sus problemas, los exprese y dé el paso; el
hombre no puede negarse".

Todo el terreno que se ha ganado en la igualdad
de género podría perderse, teme Fatma, si no se
legislan los logros que se van produciendo.
"Estamos luchando para que así sea, para que haya
leyes que nos protejan, porque nos puede pasar
como a muchos otros pueblos en los que la mujer
ha jugado un papel importante en tiempos de
guerra y cuando han alcanzado la paz y la
independencia ha sido encarcelada en vida". La
mujer saharaui no está dispuesta a perder el tren
de conseguir una sociedad educada en la igualdad
de todos sus miembros. Quieren un Sahara libre,
para todos.

¿Es el Dalai Lama un moderado?



Tibet: ¿Es el Dalai Lama un moderado?
Por Domenico Losurdo

24 de mayo de 2008. Esa es la reputación que ha conseguido formarse con gran habilidad política y mediática. Sin embargo, los observadores más informados no se dejan convencer.

El 15 de mayo, el ex-canciller alemán Helmut Schmidt publicó un artículo en "Die Zeit" que contenía algunos pasajes especialmente significativos: "El Dalai Lama también ha cometido errores. En sus libros, presenta los territorios de Gansu, Qindgai, Yunnan y Sichuan, habitados por pequeñas minorías tibetanas, como partes integrantes del Tibet. Es un argumento provocador que no necesitábamos". No hay duda, ¡resulta difícil interpretar el proyecto expansionista del Gran Tibet como una expresión de moderación y voluntad de conciliación! Sólo un incendiario podría defender este tipo de propósitos que, en definitiva, implican el desmembramiento de China (uno de los objetivos más ansiados del colonialismo y del imperialismo desde finales del siglo XIX).

Debería existir, añade Schmidt, un compromiso : " En el fondo, el debate está claro. Por una parte China debería reconocer la autonomía religiosa de los tibetanos y acoger al Dalai Lama como su jefe espiritual. Por la otra, el Dalai Lama y todas las sectas lamaistas deberían reconocer la legalidad del gobierno Chino y de su ordenamiento jurídico en el Tibet".

Desafortunadamente- añadiría- la separación entre el ámbito político y el ámbito religioso no es aceptada en absoluto por los fundamentalistas. La "Constitución", que fue realizada por el gobierno tibetano en el exilio, concluye con una "Resolución especial", aprobada en 1991, que proclama la obligación político-religiosa de tener "fe" y de estar subordinado a su "Santidad el Dalai Lama", llamado a "seguir siendo nuestro jefe supremo y temporal".

Las declaraciones del ex-canciller alemán no son un hecho aislado. El 19 de mayo el International Herald Tribune publicó un artículo que reconstituía un breve relato sobre la intransigencia del presunto campeón de la moderación y de la razón: " El Dalai Lama no ha sabido aprovechar una serie de oportunidades: no tomó en consideración la mano que le tendió el general Hu Yaobang en 1981; rechazó una invitación a China en 1989; anunció la decisión del Panchen Lama de tal forma que fue percibida por China como un insulto. Cuando el Dalai Lama y su entorno hablan de "genocidio" y reivindican un Tibet con una superficie equivalente a casi a un cuarto del territorio chino, chocan a los chinos moderados".

¿Qué conclusiones podemos sacar? Explicar la "cuestión del Tibet" a partir de las declaraciones del Dalai Lama y de sus discípulos sería como reconstruir la revolución francesa fiándose de los análisis de las reacciones de los nobles que, en ese momento, se encontraban refugiados en el extranjero, y que trataban de centrar todas sus esperanzas en las armas de las potencias contra-revolucionarias. El movimiento tibetano en el exilio adopta ahora esa misma actitud. Continúan con la esperanza de realizar sus proyectos expansionistas y fundamentalistas mediante un desmantelamiento de China, parecido al que tuvo lugar en URSS y en Yugoslavia. Sueñan con que algún día Pequín pueda ser bombardeado de forma sistemática por las fuerzas humanitarias de los EEUU y de la OTAN como lo fue Belgrado en 1999. La campaña de difamación y de odio actualmente en curso constituye un aspecto esencial de la preparación ideológica de la guerra deseadas por estas elites. En cuanto a la reacción tibetana, resulta significativo que, en 1999, la embajada china en Belgrado fuese atacada.

A pesar de todo, el impetuoso desarrollo de este gran país asiático evidencia todavía más el carácter demente e irrealista de este proyecto criminal. ¿Presenta el Dalai Lama algún signo de arrepentimiento? Mientras la población china guardaba tres días de duelo de forma solemne y unánime por el terrible terremoto que acaban de sufrir, en Alemania, su siempre sonriente Santidad convocaba ruidosas manifestaciones de calle aclamando sus reivindicaciones habituales. La estrategia de la provocación continúa....

Una traducción de Daphne Marcos para Investig'Action
Para más información sobre el autor (en italiano) : Losurdo

LOS CINCO SON MILLONES



Gerardo Hernández a todos: "Seguiremos resistiendo hasta que se haga justicia"

"Este es el mismo sistema de justicia que tiene encarcelado por más de 20 años a Mumia, a Leonard Peltier, y a los presos políticos puertorriqueños"

Comité Internacional por la Libertad de los Cinco/ inSurGente.- "Al conocer la decisión de la Corte de Apelaciones de Atlanta que le ratifica la sentencia de dos cadenas perpetuas más 15 años, nuestro compañero Gerardo Hernández se comunicó telefónicamente con Alicia Jrapko y este es el mensaje transmitido por la activista: Me acaba de llamar Gerardo, ya conocía la decisión de la corte(.)". Texto completo del comunicado en "leer más".

Me acaba de llamar Gerardo, ya conocía sobre la decisión de la corte.

Me dijo que no lo había sorprendido, que este es el mismo sistema de justicia que tiene encarcelado por más de 20 años a Mumia, a Leonard Peltier, y a los presos políticos puertorriqueños. "Nos echaremos los años que hagan falta, 30, 40, lo que sea, que mientras quede uno de ustedes afuera resistiendo nosotros también vamos a resistir hasta que se haga justicia."

Me dijo que a todos los que preguntaran por él les dijera que él está bien, con mucha fuerza y siempre pa'lante.

Comunicado ante la decisión de la corte de apelaciones de Atlanta

El pasado 4 de Junio, la corte de apelaciones del Onceno Circuito de Atlanta dio a conocer su dictamen sobre el recurso de apelación presentado por la defensa.

En un escrito de 99 páginas, y por decisión unánime, los tres jueces reafirmaron los cargos de culpabilidad contra los Cinco Patriotas Cubanos y anuló las sentencias de tres de ellos que deberán ser sentenciados nuevamente.

Ratificaron las sentencias de René González (15 años de prisión) y Gerardo Hernández (dos cadenas perpetuas más 15 años).

Sobre Gerardo, la decisión del panel no fue unánime sino 2-1. La jueza Kravitch expresa en 16 páginas que el gobierno no presentó las pruebas suficientes para acusar a Gerardo de conspiración para cometer asesinato.

Los casos de Ramón Labañino (cadena perpetua más 18 años), Fernando González (19 años) y Antonio Guerrero (cadena perpetua más 10 años) fueron enviados a la jueza Joan Lenard del Tribunal de la Florida para que proceda a re-sentenciarlos.

Lenard deberá convocar una audiencia para emitir el nuevo fallo. Esta jueza es la misma que impuso las graves e injustas condenas a los Cinco en el 2001.

La corte de Atlanta dictaminó que los argumentos de la defensa carecían de mérito. Asombran los términos políticos empleados en el fallo de la corte, ajenos a las instancias legales y favoreciendo al gobierno.

El fallo de los jueces deja abierta varias contradicciones entre las opiniones de dos de ellos y el escrito redactado y firmado por el juez Pryor. Un juez ultraconservador que consiguió su nombramiento gracias al actual candidato republicano McCain a pesar de la oposición del Senado.

Los abogados de la defensa: Weinglass, MacKenna, Horowitz, afirmaron continuar la batalla legal iniciada en diciembre del 2001 cuando fueron injustamente condenados. Legalmente hay caminos a seguir.

Más allá de todas las artimañas legales del gobierno de EE.UU. para dilatar la injusta prisión de nuestros Cinco Hermanos, no sorprende la decisión judicial, al contrario, nos reafirma mucho más en la necesidad de continuar luchando sin descanso para denunciar esta colosal injusticia.

Una vez más se pone al desnudo el cinismo del gobierno norteamericano que en el mismo día de ayer, en otra ciudad de EE.UU., continuó su farsa para proteger al criminal Luis Posada Carriles, quien disfruta de total libertad, en lugar de certificarlo como terrorista por sus crímenes contra la humanidad y extraditarlo a Venezuela, cuyo gobierno lo reclama desde hace 3 años por ser prófugo de ese país.

Para Gerardo, la decisión no lo ha sorprendido: "este es el mismo sistema de justicia que tiene encarcelado por más de 20 años a Mumia, a Leonard Peltier, y a los presos políticos puertorriqueños", nos dijo esta mañana. "Nos echaremos los años que hagan falta, 30, 40, lo que sea, mientras quede uno de ustedes afuera resistiendo nosotros también vamos a resistir hasta que se haga justicia".

Gerardo nos pide que trasmitamos a todos su confianza: "a todos los que pregunten digan que estoy bien, con mucha fuerza y siempre pa¢ lante."

Junto a todos nuestros amigos, comités y hermanos del mundo llamamos a redoblar el reclamo por ellos movilizándonos a partir de mañana 6 de junio (hoy) de todas las maneras posibles, como lo harán en EE.UU., Europa y América Latina, frente a las sedes del gobierno terrorista de EE.UU. que mantiene en prisión a nuestros Cinco Hermanos.

Solo la solidaridad, la denuncia constante y la movilización internacional logrará la libertad de los cinco

Comité Internacional por la Libertad de los Cinco

lunes, 9 de junio de 2008

¡ En defensa del patriota puertorriqueño Elliot Monteverde!


Coordinadora Continental Bolivariana (CCB)

¡ En defensa del patriota puertorriqueño Elliot Monteverde!

El patriota Elliot Monteverde, coordinador de la
Alianza Vieques, movimiento que logró recuperar
esa isla puertorriqueña y clausurar la base de
entrenamiento militar estadounidense, ha sido
citado para el próximo 30 de mayo a una audiencia
ilegal del Gran Jurado de los Estados Unidos de
América. Ya antes fueron tratados de igual manera
los(as) jóvenes independentistas Tania Fronteras,
Christopher Torres y J. Pavón.

Estamos a todas luces ante un intento de
represalia y penalización del ideario
independentista, intento que es necesario impedir.

Estamos ante el desarrollo de un plan punitivo
con el crecimiento de la lucha por la
independencia de Puerto Rico, iniciado con el vil
asesinato del gran luchador revolucionario
Filiberto Ojeda.

¡NO hay tiempo que perder!

La solidaridad debe expresarse en todas sus
formas en defensa de Elliot Monteverde y demás
luchadores puertorriqueños, en los EEUU y en todo
el mundo.

La CCB llama a promoverla y realizarla hasta
impedir este intento abusivo e ilegal de sanción.

¡En Bolívar y demás héroes y heroínas de nuestra
América nos encontramos todos(as)!

Narciso Isa Conde
Presidencia Colectiva CCB

24 mayo 2008, Santo Domingo RD.

El mundo ha perdido a un revolucionario




Observaciones: Mil fusiles no fueron suficientes...
más pudo el tiempo. LITHO

El mundo ha perdido a un revolucionario
http://www.kaosenlared.net/noticia/mundo-ha-perdido-revolucionario

Manuel Marulanda Vélez es el ejemplo del hombre nuevo, ése que entrega todo a la lucha por la libertad y felicidad de su pueblo sumido en la miseria.

Juventud Comunista de México (Para Kaos en la Red) 27-05-2008

El mundo ha perdido a un revolucionario.

La Juventud Comunista de México, aún sin sobreponerse del genocidio y masacre perpetuada la madrugada del 1ro de marzo del 2008 por el Ejército Colombiano en territorio del Ecuador, donde fallece el camarada Raúl Reyes junto a otros combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP) y 4 estudiantes mexicanos. Ahora nos golpea la terrible noticia del fallecimiento del Camarada Manuel Marulanda Vélez (Tirofijo) el día sábado 26 de marzo debido a un paro cardiaco.

Manuel Marulanda Vélez, líder del pueblo y la esperanza colombiana, es además el constructor del camino revolucionario que seguirán los hombres y mujeres del pueblo de Colombia para combatir a la tiranía que vive en la Casa de Nariño (Palacio Nacional) hoy convertida en una cueva de salvajes bestias, que disfrutan del dolor, el desespero y la muerte del pueblo.

Manuel Marulanda Vélez es el ejemplo del hombre nuevo, ése que entrega todo a la lucha por la libertad y felicidad de su pueblo sumido en la miseria.
Sus esfuerzos por una Colombia y una América libre los forjó siempre con el fusil en la mano, debido a que el fascismo y la tiranía no le dejó otro camino más que el de las armas.

Sabemos firmemente que esta pérdida tan irreparable y tan dolorosa para los pueblos del mundo, no cambiara el curso de la historia, tenemos confianza que estamos destinados a la victoria.



Las condiciones y el camino está ya trazado, porque la bestia del imperialismo hoy se siente acorralada y es el momento para llevar las banderas, las consignas, el ejemplo y la lucha para ir a la ofensiva y terminar con el capitalismo para siempre.

Desde México, tomamos esta perdida como materialistas que somos, pero sabemos que las ideas y el ejemplo del camarada Manuel Marulanda Vélez se queda impreso en nuestra convicción de patriotas, antiimperialistas y revolucionarios; y en nuestra lucha diaria por la construcción del socialismo.

¡Viva el camarada Manuel Marulanda Vélez!

¡Viva el camarada Raúl Reyes, Jacobo Arenas y los hombres y mujeres que mueren por el socialismo y la libertad de los pueblos!

¡Vivan los 44 años de lucha de las FARC-EP y el pueblo colombiano!

Secretariado del Comité Nacional de la Juventud Comunista de México.

Mayo del 2008

México, DF.

EL EJEMPLO DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA PODRÍA TENER MAYOR IMPACTO QUE EL DE LA RUSIA DE 1917


Entrevista a Alan Woods

El ejemplo de un Estado democrático de los trabajadores en Venezuela tendría incluso un mayor impacto que la Rusia de 1917

Marcelo Colussi

Especial para Argenpress

mmcolussi@gmail.com

Alan Woods es hoy uno de los más destacados teóricos del marxismo. Nacido en Gales (Gran Bretaña), 64 años, ha sido catedrático de filología rusa y eslava en las universidades de Sussex (en el Reino Unido), de Sofia (en Bulgaria) y en la Estatal de Moscú (antigua Unión Soviética), además de importante activista político y cuadro intelectual. Se reivindica como marxista trotskista. Fue uno de los fundadores, junto a Ted Grant, de la "Corriente Marxista Internacional" (así llamada desde 2006), nacida como "Comité para una Internacional Marxista" en 1992, uno de los más grandes grupos heredero de las ideas y la lucha de León Trotsky. La Corriente está constituida como un partido mundial de grupos políticos de distintos países que se autodefine como "tendencia" y que actualmente no cree necesario proclamarse como partido revolucionario por sus teorías sobre las organizaciones de masas de la clase obrera. Está presente en alrededor de 30 países y cuenta con más de 5.000 cuadros. Desde el año 2006 Alan Woods es su principal dirigente. Asimismo es el editor de su página electrónica: "En defensa del marxismo", prestigiosa publicación leída por internet en numerosos idiomas. Ha escrito cuantiosos artículos y libros; entre otros, junto a Ted Grant ha publicado "Lenin y Trotsky, ¿qué defendieron realmente?" (1969), "Razón y Revolución: filosofía marxista y ciencia moderna" (1995), "Bolchevismo: el camino a la revolución" (1999), "El marxismo y la cuestión nacional" (2000).

Por medio de su corresponsal Marcelo Colussi, ARGENPRESS dialogó con él. (Entrevista en inglés. Traducción al español: Marcelo Colussi)

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Argenpress: ¿Cuáles son las implicaciones para los países de Latinoamérica, en lo inmediato y en el mediano plazo, del Plan Colombia?

Alan Woods: El llamado Plan Colombia es una excusa para la intervención militar de Estados Unidos en América Latina bajo el pretexto de una guerra contra las drogas. En realidad, eso sólo es una fachada de sostén para el régimen reaccionario del presidente Álvaro Uribe en su guerra contra los movimientos insurgentes. Usando esa fachada, Washington ha transformado a Colombia en un campo de batalla alterando el balance militar de fuerzas en toda la región. No me cabe la más mínima duda que esto apunta primariamente contra Venezuela. Sabemos que por varios años los paramilitares colombianos han estado activos dentro del territorio venezolano. ¿Qué hacían allí? Eran armados y entrenados por la CIA quien, como todos sabemos, estuvo involucrada en muchas conspiraciones para derribar gobiernos democráticamente elegidos en Latinoamérica y asesinar líderes que no eran de su agrado. No mucho tiempo atrás, cuando José María Aznar estaba aún en el poder en Madrid, el gobierno colombiano estaba negociando la adquisición de tanques españoles. ¿Qué uso podrían tener tanques de guerra en la lucha contra las guerrillas en la selva? Ningún uso, por cierto. Esas son armas diseñadas para la guerra convencional. ¿Y guerra contra qué país? La pregunta se responde por sí sola. Esto era una amenaza contra Venezuela, aunque nadie lo mencionara. Sin embargo, cuando Venezuela anunció su intención de comprarle armas a Rusia, hubo gritos de indignación desde Washington por los alegados "objetivos agresivos" de Caracas. ¡La insolencia y la hipocresía del imperialismo realmente no conocen límites! Sin embargo, creo que el Plan Colombia está perdiendo energía. Una guerra entre Colombia y Venezuela parece menos probable ahora que un par de años atrás. Si Uribe ordenara una invasión, obtendría una paliza. Los venezolanos lucharían como tigres combatiendo en dos frentes. Y el pueblo de Colombia no se quedaría de brazos cruzados mientras su gobierno perpetra un acto de agresión armada contra Venezuela. Por otro lado, no hay que olvidar al pueblo de Estados Unidos. Ese pueblo ya está harto de la guerra en Irak y no quiere ver a su país comprometido en otra aventura criminal en Sudamérica. El mismo colapso que vive Estados Unidos es el soporte para el Plan Colombia. El público estadounidense está rebelado por las historias de tortura y corrupción y por los probados vínculos entre Uribe y los paramilitares. El Congreso ha detenido la ayuda. Si los demócratas ganan la presidencia, la perspectiva del Plan Colombia no es muy promisoria. Esto es, aún, otra indicación del aumento de la debilidad del imperialismo estadounidense.

Argenpress: El proyecto de integración del ALBA -la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe- ¿es una alternativa de progreso para los pueblos? ¿En qué sentido lo sería?

Alan Woods: Como una alternativa contra los tratados económicos imperialistas voraces, tal como el Tratado de Libre Comercio, el gobierno de Chávez está proponiendo un mecanismo de integración, ayuda y solidaridad entre los países de Latinoamérica (el ALBA), intercambiando petróleo y otros recursos naturales por alimentos, servicios educativos y prestaciones de salud. Se han dado ya algunos pasos adelante en esto entre Venezuela y Cuba, y ahora también en Bolivia, con resultados positivos. La importancia del ALBA está en que proporciona una visión de lo que sería posible si los colosales recursos de las Américas estuvieran en las manos de los obreros y campesinos. Por ejemplo, la utilización de los recursos petroleros de Venezuela, junto con el avanzado conocimiento médico de Cuba, hizo posible recobrar la vista a decenas de miles de pobres en Latinoamérica. Este ejemplo da una cabal idea en pequeño de las magníficas cosas que sería posible hacer sobre la base de una economía socialista planificada que unificara y movilizara los recursos de la región. De todos modos, la única vía para el uso de los recursos en esta manera, es decir: usados en el interés de las mayorías y no para el acrecentamiento de los beneficios privados de una minoría, es llevar a cabo la expropiación de los capitalistas y terratenientes bajo control obrero y campesino. A no ser que se tome ese camino, el ALBA quedará siendo algo potencial, un experimento limitado y una anécdota histórica cuyos resultados no serán duraderos. Las intenciones son buenas, pero todo ello es sólo el pálido reflejo del enorme potencial que se podría abrir para las masas empobrecidas de Latinoamérica si los recursos y economías de estos países se integrasen y produjeran conjuntamente bajo un plan centralizado y controlado democráticamente. Sería ingenuo pensar, no obstante, que los otros países latinoamericanos, gobernados por agentes directos o indirectos de las burguesías locales o por el imperialismo, estuviesen interesados en tratados de este tipo. La unificación de Latinoamérica sólo puede lograrse por medios revolucionarios. Sólo puede realizarse con la forma de una Federación Socialista.

Argenpress: ¿Qué escenarios podría abrir en Latinoamérica en el mediano plazo el proyecto de MERCOSUR?

Alan Woods: La débil burguesía latinoamericana es incapaz de completar la gran tarea histórica propuesta tiempo atrás por Simón Bolívar: la unificación de América Latina. Los últimos 200 años han demostrado de modo conclusivo que esta tarea necesaria e históricamente progresista es imposible sobre la base del capitalismo. El MERCOSUR no es un paso en la dirección de la unificación de Latinoamérica sino sólo un débil bloque económico creado como unión aduanera, basado en la idea de tarifas externas comunes para los bienes importados de otras áreas por fuera de ese mercado común. Sin embargo, luego de las crisis económicas que infestaron la región hacia fines de 1990, el MERCOSUR también entró en crisis. No obstante la posterior recuperación económica, ninguno de los problemas fundamentales de la región pudo resolverse. Las altas tasas de crecimiento del último período condujeron al aumento de las desigualdades pero no al mejoramiento de los niveles de vida de las masas. Ahora el clima económico está empeorando nuevamente; Estados Unidos ya está en recesión y la economía mundial, en el mejor de los casos, está en estancamiento. Esto traerá serias consecuencias para Latinoamérica y el MERCOSUR. Cuando hay una lucha por los escasos mercados, se intensifican las tensiones entre los capitalistas nacionales, especialmente entre Brasil y Argentina. La burguesía argentina ha perdido terreno en el último período y fue desplazada por la brasileña. Buscó imponer numerosas defensas y tarifas para limitar las importaciones de Brasil hacia su propio país. Todo ello produjo severas tensiones en el MERCOSUR. Bajo estas condiciones, las países-miembros más débiles como Uruguay y Paraguay encontraron que sus intereses eran ignorados, por lo que intentaron abandonar el MERCOSUR conjuntamente para firmar sus propios tratados de libre comercio con Estados Unidos. Las maniobras del imperialismo para fortalecer su dominación en el continente estimularon esta tendencia con el objetivo de debilitar el MERCOSUR buscando su posible desmembramiento. Chávez está intentando entrar en el MERCOSUR como un arma diplomática contra las maniobras del imperialismo estadounidense para aislar internacionalmente a Venezuela. Pero la entrada de Venezuela no ha cambiado las perspectivas del MERCOSUR en los detalles. Si el MERCOSUR se las arregla para sobrevivir, será por los beneficios de las multinacionales que operan a ambos lados de la frontera brasileña y venezolana y porque ello es políticamente útil a la burguesía carioca, que está empleando su posición dominante en esa unión comercial para proyectase como potencia dominante en la región al par que demanda un papel en la diplomacia internacional.

Argenpress: El imperialismo estadounidense parece haber entrado en declive. Pero sin dudas no está derrotado y su presunta caída no será inmediata. De todos modos en estos momentos atraviesa un proceso de recesión quizá único en su historia. ¿Cómo impactará todo eso en su tradicional "patio trasero": Latinoamérica?

Alan Woods: El imperialismo estadounidense aún es un gigante. Su poderío económico y militar no tiene precedente en la historia mundial. En el pasado siempre había tres o cuatro grandes potencias en el mundo, rivalizando por la influencia. Eso imponía ciertos límites a cada una de ellas. Pero desde la caída de la Unión Soviética hay sólo una superpotencia. Cada año Estados Unidos gasta billones de dólares en armas para dominar el mundo. La así llamada "doctrina Bush" da a Estados Unidos el derecho de intervenir en cualquier país sobre la base de lo que su gobierno piensa que constituye una amenaza. Sin embargo, el poder del imperialismo estadounidense no es ilimitado. Vemos eso en Irak y en Afganistán, donde a despecho de su colosal poderío y riqueza, Estados Unidos está empantanado en guerras que no puede vencer. Esto tiene las mayores implicaciones para las perspectivas de la revolución en América Latina, que está ahora en la línea de avanzada de la revolución mundial. En el momento presente no hay en todo el continente un régimen burgués estable. Washington se está alarmando ante esa situación por lo que se esfuerza por contenerla. De todos modos, la combinación de guerra y recesión económica creará nuevos problemas para la clase dirigente estadounidense limitándose su campo para la acción en Latinoamérica. En el pasado resolvía sus problemas con el envío de marines, pero eso es casi imposible el día de hoy. Las fuerzas armadas de Estados Unidos están restringidas a Irak y a Afganistán. Es impensable que puedan involucrarse en otra aventura militar al mismo tiempo. De ahí que la estrategia estadounidense esté obligada a utilizar otros métodos: la diplomacia y la intriga. Pero incluso en eso Bush está limitado por la caída de la popularidad y por un Congreso hostil. En lugar de una intervención militar directa, Estados Unidos está forzado a utilizar la presión diplomática para obligar a los países latinoamericanos a hacer lo que su estrategia desea. Igualmente usa la presión económica sobre ellos para hacerlos firmar tratados de libre comercio bilaterales. Todo esto está provocando numerosas protestas populares en esos países, creando más inquietud política y social en la región.

Argenpress: ¿Es la Revolución Bolivariana, con toda su riqueza petrolera, una alternativa destinada a convertirse en punto de referencia para otros pueblos de América Latina en su lucha por mejores condiciones de vida, por planteos antiimperialistas, e incluso socialistas?

Alan Woods: La revolución venezolana es un importante desarrollo para los socialistas y los marxistas a escala mundial. La revolución ya ha perdurado diez años. Eso es algo sin precedentes. Por todo ese período, las masas trabajadoras, campesinas y semi-proletarias han mostrado un tremendo coraje, espíritu revolucionario y alto nivel de conciencia. Pero la revolución no está terminada. ¿Cuál es el problema central? Que un número de palancas económicas claves continúa en las manos de la oligarquía venezolana. El problema es tanto económico como político. La oligarquía nunca se va a reconciliar con la revolución. Aunque su propiedad no fue fuertemente tocada, aunque aún disfruta de sus riquezas y privilegios, aunque aún continúan en sus manos poderosos medios de comunicación como diarios y canales televisivos que usa para vomitar a diario un torrente de basura, mentiras y calumnias contra el gobierno democráticamente elegido, aún así, a despecho de todo eso, no está satisfecha. Y nunca lo estará, hasta derribar al gobierno y aplastar a las masas bajo su pie. Sólo el movimiento revolucionario de las masas desde abajo evitó que la contrarrevolución pudiera triunfar en el golpe de abril del 2002. Las masas derrotaron a los reaccionarios y a los imperialistas. En este punto hubiera sido simple infligir una derrota definitiva a los reaccionarios, que estaban divididos y desmoralizados. Si el presidente lo hubiese indicado, eso hubiera ocurrido. Pero no tomó la acción necesaria para desarmar a la contrarrevolución, probablemente porque escuchó la advertencia de asesores reformistas "pragmáticos" como Heinz Dieterich, que lo urgió a ser cauto, a no ir demasiado lejos y cosas por el estilo. El problema central es el problema del liderazgo. Hugo Chávez se ha evidenciado como un corajudo luchador contra el imperialismo y la oligarquía. Pero no es un marxista, y los reformistas y burócratas que continuamente se mueven en torno suyo, constituyen los frenos para la revolución. Las masas luchan por el socialismo y desean tomar acciones decisivas contra los contrarrevolucionarios, pero topan contra esa burocracia contrarrevolucionaria que forma una especie de quinta columna que socava la revolución desde dentro. En última instancia, el destino de la revolución venezolana depende de la lucha entre esas dos tendencias, que reflejan en definitiva los intereses antagónicos de clase. Es el deber de los marxistas luchar para defender la revolución venezolana contra el imperialismo y contra la oposición contrarrevolucionaria. ¡No podemos ser neutrales en esta lucha entre revolución y contrarrevolución! Al mismo tiempo debemos apoyar activamente a esas fuerzas en el seno del movimiento bolivariano que están peleando por la democracia de los trabajadores, contra la corrupción y por el control obrero. Participamos activamente en discusiones y debates que clarificarán la naturaleza del socialismo y definirán con precisión las tareas inmediatas de la revolución socialista. Consideramos que la revolución sólo podrá tener éxito si el proletariado se coloca a la cabeza de la nación. Todas las condiciones están madurando en el América Latina para la victoria de la revolución socialista. Un soplo decisivo sería suficiente para comenzar una reacción en cadena que pasaría de un país a otro, desde Tierra del Fuego hasta el Río Grande, y más allá. Los trabajadores y campesinos de Venezuela están bien ubicados para dar ese primer soplo. Pero si ellos dudan y fracasan en su golpe cuando las condiciones están presentes, todo estará perdido. Quienes argumentan que se debe esperar un mejor momento, se equivocan. El tiempo no está de nuestro lado sino en el lado de la contrarrevolución. No es demasiado temprano sino muy, muy tarde. Es imposible mantener a las masas en un permanente estado de ebullición sin indicar una salida. El ejemplo de la revolución francesa es altamente instructivo en este punto. El referéndum de diciembre fue una advertencia de las bases en el sentido que se están cansando de dilaciones interminables, cansadas de discursos vacíos sobre socialismo y revolución en tanto los viejos jefes y burócratas permanecen en sus lugares. Están cansadas de actos multitudinarios interminables, referéndums y campañas para elecciones. Demandan acción, ¡y la demandan ya! Sobre la base de un plan común de producción y de nacionalización de los bancos y monopolios bajo control y administración democráticos de los trabajadores, sería realmente posible unir las fuerzas productivas de todo el continente, y de ese modo movilizar una fuerza productiva colosal. Así, el desempleo y la pobreza serían cosa del pasado. El ejemplo de un Estado democrático de los trabajadores en Venezuela tendría incluso un mayor impacto que la Rusia de 1917. Dada la enorme energía y el impasse del capitalismo por todos lados, los regímenes burgueses en Latinoamérica caerían rápidamente, creando las bases para la Federación Socialista de Latinoamérica y, finalmente, para el socialismo mundial.

¡CONCIENCIA Y COHERENCIA RADICAL!
Nuestras primeras necesidades.
¡VENCEREMOS!

Tíbet: El budismo no debe ser usado como arma contra el socialismo






Tíbet Maquinación y mentira
Higinio Polo El Viejo Topo 290508

El 15 de marzo pasado, los medios de comunicación internacionales publicaban las primeras noticias sobre una revuelta en el Tíbet, la región china del Himalaya. Sus informaciones daban cuenta de que se habían producido dos muertos en Lhasa, la capital tibetana, sin precisar las circunstancias, aunque sugiriendo que la causa era la represión ordenada por el gobierno chino ante las protestas. A partir de esos datos confusos, aumentando el número de víctimas según trascurrían las horas, la maquinaria de la gran prensa conservadora internacional inundó el mundo de noticias sobre la supuesta matanza perpetrada por China.

Sin contrastar fuentes, distintos medios internacionales llegaron a hablar de "cientos de muertos" en el Tíbet, como hicieron el diario El Mundo, de Madrid, o La Nación, de Buenos Aires, entre muchos otros, sin que después se sintieran obligados a rectificar. Otros diarios, más sutiles, sugerían cifras de muertos semejantes pero sin llegar a afirmarlo. La información televisiva siguió los mismos patrones. La CNN norteamericana y la BBC británica, por ejemplo, difundieron información falsa, procedente de los círculos del Dalai Lama. Éste, acusó públicamente a China de haber asesinado fríamente a cien tibetanos, e incluso llegó a afirmar que disponía de pruebas de que la violencia que se desató en Katmandú, capital del Nepal, en las protestas de grupos de monjes tibetanos, fue causada por agentes chinos "para crear tensiones entre nepalíes y tibetanos". Hasta la fecha, el Dalai Lama no ha mostrado las supuestas pruebas. El Mundo, pese a las evidencias contrarias, seguía hablando días después de "manifestaciones pacíficas" en Lhasa, en abierta contradicción con las escenas de destrucción que, era obvio, habían sido causadas por los tibetanos lamaístas. France Presse se hacía eco y hablaba de tres muertos por los disparos de la policía, basándose en fuentes que citaba como "un residente y dos grupos de activistas", sin mayores precisiones.

Radio Free Asia, una emisora ligada a la CIA norteamericana, anunció que la policía china había disparado y asesinado en las calles a casi cien manifestantes, llegando al extremo de inventar supuestos testigos de la matanza que, por supuesto, nadie conoce hasta hoy. La ola de mentiras fue incontenible. La campaña estaba lanzada: publicaciones sensacionalistas como el Bild alemán hablaban de "varios cientos de muertos en Lhasa". La prensa norteamericana no se quedó atrás, llegando a especular con "miles de muertos" en Lhasa a manos de la policía china. No había límites para la mentira. Así, la agencia de noticias Europa Press y el diario La Vanguardia, de Barcelona, se hacían eco, el 28 de marzo, de una "noticia" (que fechaban en Pekín, aunque la publicaba el diario norteamericano Epoch Times, que a su vez se remitía a unas supuestas informaciones de los servicios secretos británicos) que denunciaba la responsabilidad del ejército chino en la revuelta del 14 de marzo. Según esa información, los militares chinos habrían utilizado agentes para desatar la violencia y disponer así de una excusa para reprimir después a la población tibetana. La noticia alegaba que los servicios secretos británicos ¡habían desplazado sus satélites para seguir la situación en Lhasa y que las imágenes captadas desde el espacio "demostraban" que el ejército chino había utilizado alborotadores para iniciar los disturbios! Por supuesto, nadie ha visto después esas imágenes, y La Vanguardia se abstuvo de informar a sus lectores que Epoch Times es un diario de la secta religiosa Falun Gong cuyas páginas están llenas de disparatadas y constantes acusaciones a China, que incluyen la comisión de decenas de miles de asesinatos para la venta de órganos humanos, su aspiración a arrasar con armas nucleares Estados Unidos y Japón y la preparación de la invasión de Australia, entre otras fechorías.



El Tibetan Centre for Human Rights and Democracy , TCHRD, una organización que tiene también su sede en Dharamsala (la ciudad india donde se instaló el Dalai Lama tras ser derrotada en 1959 la insurrección de los monjes tibetanos), difundió a través de Internet truculentas fotografías de quince cadáveres, afirmando que eran la prueba de que la policía china había disparado contra los manifestantes en Ngaba, en la provincia de Sichuan, el 16 de marzo de 2008 . Tampoco explicaba cómo disponía de esas imágenes, tomadas en tanatorios, obtenidas en una ciudad china fuera del Tíbet, supuestamente muy controlada por las autoridades chinas: todo semejaba un montaje. Pese a contar con esas supuestas pruebas, el TCHRD todavía no ha sido capaz de facilitar los nombres de los supuestos fallecidos, donde residían, ni tampoco los lugares donde murieron. En días posteriores, y con la misma falta de rigor, los servicios del Dalai Lama aumentaron las cifras de muertos hasta 140, siempre achacándolas a la supuesta represión china. Semanas después de la provocación del 14 de marzo, ni el Dalai Lama, ni su "gobierno en el exilio", ni tampoco otras fuentes, han podido aportar la más mínima prueba de ello, ni ninguna relación de nombres de los supuestos muertos causados por la policía china, ni pruebas documentales o gráficas que avalen las acusaciones.



Pekín sostuvo desde el primer momento que el Dalai Lama estaba detrás de la provocación, aunque algunos analistas intentan alejarlo de la responsabilidad insistiendo en que su apuesta por la vía pacífica no es entendida por las nuevas generaciones de tibetanos, que, así, habrían recurrido a la violencia en Lhasa. En abierta contradicción con los hechos, el Dalai Lama, que denunció el "gobierno del terror" chino y el "genocidio cultural" (una tramposa y equívoca formulación destinada a hacer circular en el mundo la idea de que se está perpetrando un genocidio real contra la población tibetana), ha insistido en la pacífica postura que, según él, mantienen los monjes tibetanos, aunque se traicionó cuando amenazó con dimitir de su responsabilidad política y religiosa "si no se detenía la violencia". Era obvio que esas palabras iban dirigidas a la opinión pública mundial, pero calificaban inadvertidamente a sus seguidores puesto que era evidente que si la violencia hubiera partido de las autoridades chinas no tendría sentido esa amenaza de dimisión del Dalai Lama.

Por el contrario, las fuentes más fiables confirman que las protestas fueron organizadas y coordinadas por los monjes desde los monasterios tibetanos, para que sirvieran de espoleta que activase la bomba contra los Juegos Olímpicos de Pekín. La provocación cogió por sorpresa a las fuerzas de seguridad de Lhasa, que no pudieron impedir los incendios y saqueos causados por los manifestantes. Disponemos, además, de numerosas imágenes que documentan la extrema violencia de los seguidores del Dalai Lama, los asaltos a comercios, el linchamiento de ciudadanos chinos, el asesinato, el pillaje, el incendio de centenares de edificios y el vandalismo y fanatismo que mostraron en la provocación del 14 de marzo en Lhasa: es significativo ver las escenas de monjes lamaístas asaltando tiendas. Dejaron en la capital del Tíbet un panorama desolador. Fue, además, una revuelta racista.

Como era previsible, las reacciones no se hicieron esperar: sin tiempo material para conocer la realidad de los hechos, los grandes medios de comunicación y numerosos políticos conservadores, descubriéndose un corazón de filántropos, de amantes del Tíbet, se lanzaron al acoso a China. Así, Bernard Kouchner, ministro de Asuntos Exteriores francés de Sarkozy, declaró el día 15 de marzo que la Unión Europea tenía que aprobar una resolución de condena a China, y dos días después mantuvo que la Unión Europea debía boicotear la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín. Curiosamente, a Kouchner, a quien no se le ocurrió calificar de "manifestaciones pacíficas" los recientes disturbios de la periferia de París (mucho menos furiosos que los sucesos de Lhasa), lo hacía ahora con las violentas manifestaciones de lamaístas tibetanos de Lhasa. Lo mismo hizo Reporters sans frontières, dirigida por el turbio Robert Ménard, quien ha reconocido que su organización está financiada por Washington, y que desarrolla una activa campaña contra China y contra los Juegos Olímpicos de Pekín.

Con habilidad, dejando que fueran otros quienes encabezaran las acusaciones a China, el gobierno norteamericano asentía al espectáculo creado por los medios de comunicación internacionales. Así, Condoleezza Rice exigió al ministro chino de Asuntos Exteriores, Yang Jiechi, que China moderase su acción contra manifestantes y que "dialogase" con el Dalai Lama. Bush llamó por teléfono al presidente chino Hu Jintao y "expresó su preocupación por el Tíbet". Por su parte, Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes norteamericana, exigió una "investigación internacional sobre lo ocurrido en el Tíbet" durante una visita de apoyo al Dalai Lama acompañada de otros parlamentarios estadounidenses, a sabiendas de que ningún país aceptaría una intromisión semejante en su soberanía: era una declaración hecha para crear más tensión. A su vez, el presidente del Parlamento europeo, Hans-Gert Poettering, un democristiano alemán del partido de Angela Merkel, lanzó la propuesta de boicot a los Juegos Olímpicos, que el propio presidente francés, Sarkozy, "no descartaba". No era nada nuevo. Ya en 2001, el Parlamento Europeo se mostró contrario a la celebración de los Juegos Olímpicos en Pekín a causa de "la represión en el Tíbet, Uiguristán y la Mongolia Interior", azuzando de hecho el irredentismo político en esas regiones chinas.



En ayuda de esas voces, y a iniciativa del siempre disponible Elie Wiesel desde Estados Unidos, acudieron veintiséis personas galardonadas con el Premio Nobel que denunciaban "la violenta represión del gobierno chino" y hablaban, negando la verdad, de "manifestantes pacíficos y desarmados". Poco después, Václav Havel, portavoz de los círculos intelectuales europeos más atlantistas y pronorteamericanos, encabezaba una declaración pública llamando a "replantearse" los Juegos Olímpicos de Pekín. Le acompañaban en el manifiesto el filósofo francés André Glucksmann, antiguo extremista de izquierda y hoy paladín del intervencionismo militar norteamericano; el presidente de la Sudáfrica racista, Frederik de Klerk, y un príncipe jordano, Hassan Ben Talal, además de Karen Schwarzenberg, ministro checo de Asuntos Exteriores, también partidario de un mayor protagonismo norteamericano en Europa y en el mundo. Dirigentes socialistas franceses exigieron también contundencia, y los verdes europeos condenaron "la brutal represión china". Incluso los trotskistas y el PCF de Marie-George Buffet mordieron el anzuelo, condenando "la represión". Por si faltaran voces, algunos intelectuales liberales, como Timothy Garton Ash, llegaron al extremo de exigir que el Dalai Lama fuese recibido por los presidentes de todos los países europeos, como una forma de presión hacia el gobierno chino, alegando que quería una China moderna "pero no sobre los cadáveres de los monjes budistas". Para sus propósitos no importaba que nadie hubiese visto ni encontrado, en parte alguna, cadáveres de monjes tibetanos: la maquinaria propagandística ya estaba en marcha. Diarios como el Sunday Times, equipararon los Juegos Olímpicos de Pekín "con los de Hitler".

La defensa implícita de la independencia del Tíbet era una pieza más de la maquinación y la farsa, realizada en Europa o Estados Unidos por responsables políticos e intelectuales conservadores que considerarían absurdo mantener la misma posición con respecto a Puerto Rico para que consiguiera su independencia de los Estados Unidos. La ola creció. Diecinueve embajadas y consulados chinos (en Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Australia, Holanda, Canadá, India, Holanda, Bélgica) fueron atacados, en violación de las Convenciones de Viena, por defensores de la "independencia del Tíbet". En algunos casos, llegaron a penetrar en las embajadas, rompiendo con facilidad las barreras policiales. Sarkozy, convertido en el ariete de occidente, ha llegado a poner condiciones a China para asistir a los Juegos Olímpicos. La campaña contra China ya no se va a detener.

En realidad, y como sabemos ahora, las protestas comenzaron en los monasterios Drepung, Ganden y Sera el día 10 de marzo y, cuatro días después, el 14, los grupos de monjes lamaístas y de exaltados manifestantes chinos tibetanos iniciaron en Lhasa un feroz pogromo racista contra ciudadanos chinos han y contra miembros de la minoría musulmana (semejante a los pogromos que sufrieron los judíos en Europa, antes de la II Guerra Mundial) con el resultado de 19 personas asesinadas; entre ellas, un policía. La provocación sorprendió a las autoridades y la policía se enfrentó al caos sin medios adecuados, también sin armas de fuego, incapaz de detener una vorágine destructora que sumió a Lhasa en el caos: los seguidores del Dalai Lama incendiaron la compañía eléctrica, dejando sin suministro a la ciudad. Las escenas fueron dantescas: un turista danés, cuyo testimonio recogió el diario danés Politiken, fue testigo del linchamiento hasta la muerte de dos ciudadanos chinos han por parte de monjes y jóvenes tibetanos. La ferocidad de los manifestantes fue tal que más de doscientos policías resultaron heridos, de los que una veintena fueron ingresados en estado crítico en hospitales. Además, casi cuatrocientos civiles resultaron heridos, y fue particularmente atroz la muerte de cinco jóvenes trabajadoras, abrasadas en un incendio provocado por los seguidores del Dalai Lama. Más de cuatrocientas tiendas y comercios fueron quemados o saqueados, y se destruyeron siete escuelas y seis hospitales, así como decenas de vehículos. Es obvio que la mayoría de la población tibetana no tuvo nada que ver con esa siniestra explosión de odio contra chinos han y musulmanes. El Panchen Lama, Gyaincain Norbu, condenó el sabotaje de los manifestantes, gesto que los seguidores del Dalai Lama rechazaron, recurriendo al expediente de ignorar los hechos y acusando al Panchen Lama de seguir los dictados de Pekín. A finales de marzo, los autores de varios incendios en Lhasa, que causaron la muerte de doce personas, habían sido detenidos por las autoridades chinas. Sin embargo, la campaña mundial siguió en los mismos términos, y, a principios de abril, de nuevo la prensa mundial informaba de más muertos, ahora en Sichuan. Repetir la mentira mil veces la convierte en verdad: a esas alturas, las cifras facilitadas por el Dalai Lama, las supuestas 140 víctimas, eran ya, para la prensa internacional, una realidad demostrada, y las personas que habían sido asesinadas por los seguidores del Dalai Lama se cargaban en la cuenta del gobierno chino.



El momento estaba calculado. Se trataba de iniciar la campaña contra los Juegos Olímpicos de Pekín y de crear una situación de crisis en los días en que se reunía la Asamblea Nacional china y la Conferencia Consultiva, que debían elegir a los nuevos responsables del país. Por si fuera poco, otro extraño incidente sirvió de prólogo a la provocación de Lhasa, aunque la intentona fracasó y la prensa internacional no informó de ello. Tres días antes del inicio de las protestas en los monasterios tibetanos de Drepung, Ganden y Sera, un avión de pasajeros de la compañía China Southern Airlines que había despegado de Urumqi (capital de la región autónoma de Xinjiang donde actúan grupos nacionalistas islamistas) tuvo que aterrizar dos horas después en Lanzhou, antes de llegar a su destino, porque agentes de seguridad chinos consiguieron detener en vuelo a varios pasajeros que intentaban secuestrar el avión o, tal vez, estrellarlo. Las autoridades chinas acusaron a los grupos islamistas de Xinjiang (que tienen oscuras conexiones con el terrorismo islamista, con la espectral Al Qaeda y con los servicios secretos pakistaníes, tributarios de Washington), de ser los responsables de la acción. Parecía un aviso para navegantes.

Aunque tampoco era nada nuevo. Hechos similares a los de Lhasa se produjeron en febrero de 1997 en Yining, una ciudad de Xinjiang, donde unos mil independentistas uigures musulmanes incendiaron comercios y vehículos y lincharon a ciudadanos chinos, causando diez muertos y decenas de heridos. Hay que recordar que la exigencia de la independencia de Xinjiang (o Turquestán Oriental), separándolo de China, está en el origen de esa agitación islamista. No es difícil ver tras esas coincidencias la complacencia de otras potencias: la denuncia, en Tíbet y en Xinjiang, que hacen los sectores independentistas tibetanos y musulmanes del " colonialismo chino han" es un arma en manos de Estados Unidos, y Pekín lo sabe.

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Ese irredentismo político de los lamas tibetanos -propagado en Europa y Estados Unidos por ONGs de turbia financiación y trayectoria, o de escasos conocimientos históricos y políticos- sueña con separar de China a una gran parte de su territorio, fomentando la idea de un Gran Tíbet que nunca existió (se omite deliberadamente que Tíbet forma parte de China desde el siglo XIII, con la dinastía Yuan, aunque la convulsa historia de la China imperial viese períodos de descontrol político sobre el territorio), utilizando para ello la figura del Dalai Lama como carta de presentación. Juega, además con una idea disparatada: pretender la independencia del Gran Tíbet, significa postular que Pekín acepte entregar al Dalai Lama (suponiendo, que es mucho suponer, que represente a la totalidad de la población tibetana) y a sus tibetanos, que son el 0,3 por ciento de la población china, la cuarta parte del territorio de la República Popular China.




Pero, ¿quién es el Dalai Lama, ese hombre a quien la propaganda presenta como un hombre pacífico y bondadoso? Tenzin Gyatso, llamado Dalai Lama, era un niño a quien, a la edad de dos años, en 1937, eligieron como "encarnación" del Dalai Lama anterior, llamado Thupten Gyatso, en la China anterior a la revolución comunista de 1949, cuando el Tíbet era una aislada región dominada por los monasterios y cuyos habitantes eran, en su gran mayoría, siervos y esclavos. A partir de ese momento, Tenzin Gyatso pasó a formar parte de la minoría que dominaba la región gracias a la tradición religiosa, a la ignorancia y a la resignación secular de la población tibetana y que vampirizaba en su beneficio a todos los habitantes del Tíbet. Tenzin Gyatso, asumió el principal papel en la religión tibetana a los quince años, en 1950.

La lamasocracia, un régimen religioso articulado alrededor de una nobleza feudal y del poder de los monasterios, reinaba sobre una población de menos de tres millones de habitantes, y mantenía en la miseria a la gran mayoría, que eran siervos sin tierra, condenados a vivir sin escuelas ni condiciones de vida dignas. Los siervos podían ser vendidos y debían trabajar las tierras de los señores sin percibir ningún salario, y ni tan siquiera poseían la libertad personal para abandonar la tierra, como en la Edad Media europea. Nobles y monasterios tenían prisiones privadas y eran comunes castigos como arrancar los ojos de los condenados, cortarles las manos o la lengua. Era un régimen despótico, esclavista y racista, cuyos seguidores, todavía hoy, siguen prohibiendo los matrimonios mixtos entre tibetanos y miembros de otras etnias.

La revolución china de 1949 empezó a cambiar China y también el atrasado y medieval altiplano tibetano, aunque el Dalai Lama y sus seguidores hablan de esa fecha, como del inicio de la "invasión". De hecho, un denominador común de la información tendenciosa de la prensa internacional ha sido hablar de esa invasión china del Tíbet en 1950. No importa que el Tíbet fuera tierra china desde siglos antes de que se crearan cualquiera de los actuales países europeos, porque una mentira tan grosera, elevada a la categoría de verdad por la propaganda, ayuda a presentar a los monjes esclavistas del Dalai Lama como ciudadanos incapaces de seguir soportando por más tiempo la ocupación china.

De esa forma, las mentiras sobre el Tíbet se han ido sedimentando. Tras unas conversaciones, en Pekín, del actual Dalai Lama con los dirigentes de la revolución, Mao Tsé Tung, Chu En Lai y Deng Xiao Ping, que acabaron fracasando, la ruptura abocó a los monjes tibetanos a la rebelión abierta contra el nuevo gobierno comunista, rebelión que contó con apoyo exterior. Está perfectamente documentado que la insurrección armada tibetana de 1956 fue organizada y financiada por la CIA. Desde tres años antes del inicio de los combates, la CIA preparaba una insurrección en Tíbet, en coordinación con el Dalai Lama y sus seguidores: Washington quería vengar la ayuda china a los norcoreanos de Kim Il Sung en la guerra de 1950-1953 y dificultar la consolidación de la revolución comunista en China. Así, la coalición de intereses en el Dalai Lama y Washington hizo que los monasterios lamaístas fueran los focos de la insurrección armada contra la nueva China socialista.



Los beneficiarios de un sistema feudal de propiedad y privilegios, que tenía en los monasterios y en los monjes lamaístas su columna vertebral, fueron quienes impulsaron la rebelión, alarmados por las reformas políticas que la revolución comunista de Mao Tsé Tung que amenazaba terminar con su poder. La insurrección fracasó tres años después: en 1959, el Ejército Popular chino consiguió derrotar a los partidarios del Dalai Lama. Los combates causaron unas diez mil víctimas entre ambos bandos, aunque la disparatada propaganda del Dalai Lama y de los más deshonestos medios occidentales habla de un millón doscientos mil muertos, achacándolos todos, por supuesto, a la acción del ejército chino. Hay que recordar que, a mediados de los años cincuenta, la población total tibetana no llegaba a tres millones de habitantes, de los que un millón y medio eran hombres: de ser ciertas las cifras que sigue difundiendo la propaganda del Dalai Lama casi todos los hombres hubieran perecido en la insurrección y sería incomprensible que hoy la población tibetana sea de más de seis millones de habitantes. La falsedad no ha impedido que esas cifras dieran la vuelta al mundo y sigan repitiéndose, aunque el propio Patrick French ( que fue director de la Free Tíbet Champaign, la organización del Dalai Lama para propagar en el mundo la idea de la independencia del Tíbet), dimitiese en protesta por la falsificación de los datos del supuesto "genocidio" tibetano.

Gyalo Thondupt y Takster Rimpoche, hermanos del Dalai Lama, eran agentes de la CIA, y la agencia estaba de acuerdo en mantener en aparente ignorancia al Dalai sobre la actividad de los servicios secretos norteamericanos. La derrota de 1959 no supuso el fin de la intromisión: la CIA siguió organizando incursiones armadas de los exiliados tibetanos hasta el inicio de la década de los años setenta y hasta 1974 mantuvo el ejército tibetano que había ayudado a organizar. Incluso llegó a enviar a centenares de tibetanos a una base militar en el Estado de Colorado y a bases norteamericanas del océano Pacífico, para entrenarlos en tácticas de sabotaje y terrorismo. De hecho, los khampas, grupos de tibetanos armados, actuaron dirigidos por un hermano del Dalai Lama, Gyalo Thondup, y lanzaron constantes incursiones armadas en el interior del Tíbet gracias al apoyo logístico norteamericano, que no escatimó armamento, que lanzaba en paracaídas sobre la zona nepalí dominada por esos guerreros khampas. Sin embargo, la operación no dio los resultados que se esperaban, y, a mediados de los años setenta, el Dalai Lama consideró fracasada la iniciativa y procedió a su desmantelamiento. Tenían en ese momento casi diez mil hombres armados, con campamentos permanentes en Nepal supervisados por la CIA.

Después de la derrota de la insurrección; haciendo de la necesidad, virtud, el Dalai Lama y su "gobierno" descubrieron en su interior un corazón de amantes de la democracia, por lo que, aconsejados por los norteamericanos, llegaron a presentar propuestas de "organización democrática" del Tíbet, que, como es obvio, no tienen ninguna credibilidad. De hecho, el Dalai Lama, mientras proclamaba la no violencia y el diálogo pacífico se mostraba conforme con la organización de acciones armadas y protestas violentas, al tiempo que s u extrema sensibilidad democrática no le impidió apoyar a Estados Unidos durante la intervención norteamericana en Vietnam, así como las sangrientas operaciones norteamericanas en Asia durante la guerra fría, defender el bombardeo de Yugoslavia por parte de la OTAN y la invasión norteamericana de Iraq y Afganistán. No en vano, el Dalai Lama ha calificado a los Estados Unidos como "los campeones de la libertad y de la democracia".



El "genocidio cultural" del que habla el Dalai Lama es una abyecta mentira, porque, además, la libertad religiosa es un hecho y en Tíbet siguen funcionando los monasterios lamaístas: viven en ellos unos cincuenta mil monjes, a quienes, como es lógico, el gobierno chino exige que no pongan en duda que la región forma parte de China. Es cierto que, entre una parte importante de la población tibetana, el Dalai Lama sigue conservando influencia, y aunque el gobierno chino cometió serios errores en el Tíbet por la forma de aplicar la colectivización de tierras y en el difícil tratamiento de la religión, lo cierto es que las reformas fueron un paso de gigante para que el Tíbet saliese de su atraso secular, y que el desarrollo actual, del que se ha beneficiado también la población local, no implica necesariamente un retroceso de la cultura tibetana. Por otra parte, pese a la histeria antichina de los grandes medios de comunicación, ningún país reconoce al "gobierno tibetano en el exilio", que, de hecho, es un organismo propagandístico del Dalai Lama, a quien muchos de sus seguidores consideran la reencarnación de Buda. Lejos del siniestro rostro represivo con que Occidente presenta a China, el gobierno de Pekín ha confirmado que está dispuesto a celebrar conversaciones con el Dalai Lama, con la condición de que haga explícita su renuncia a la independencia del Tíbet y deje de amparar las acciones agresivas contra China. No parecen condiciones especialmente duras.

La proximidad de los Juegos Olímpicos ha sido aprovechada por el Dalai Lama para fortalecer su causa ante la opinión pública mundial y ante los organismos internacionales, porque el pogromo de Lhasa no tenía por objeto la defensa de la cultura y de la identidad tibetana (que Pekín no cuestiona, más allá de los errores y de los inevitables cambios que conlleva la gigantesca transformación china, la más importante de toda la historia de la humanidad) sino que pretendía azuzar los enfrentamientos étnicos para crear una crisis política en China. Es difícil creer, además, que los servicios secretos norteamericanos no estuvieran implicados en la provocación, o, al menos, que no estuvieran informados.

* * *

Las implicaciones de la crisis tibetana cobran sentido si analizamos la estrategia global de Estados Unidos, porque lo último que preocupa a Washington es la suerte de seis millones de chinos tibetanos, un pequeño contingente en medio de un gigantesco país de mil trescientos cincuenta millones de habitantes. Si hasta el momento la posición mantenida por el gobierno norteamericano ha sido discreta, pese a algunas declaraciones contundentes, es porque prefiere que sean otros quienes encabecen las acusaciones a China, porque no son los Juegos Olímpicos (que, después de todo, son un asunto menor, aunque tenga una gran repercusión informativa internacional) lo que preocupa a Washington, sino la creciente fortaleza económica china, su capacidad para hacer que el dólar, como moneda internacional de pago y de reserva, se resienta, y su emergencia como gran potencia rival.



Por eso, la política norteamericana mantiene un delicado equilibrio entre su objetivo de "contener" a China, y la evidencia de que una parte de su estabilidad económica está hoy en manos de Pekín. Así, Estados Unidos acusa a China de estar llevando a cabo un rearme de su ejército (aunque incluso las fuentes occidentales están de acuerdo en que Washington gasta en armamento diez veces más que Pekín) y sigue con mucha atención los progresos chinos en el desarrollo de misiles, satélites y en la tecnología espacial. Paralelamente, Bush ha estado impulsando el rearme de Japón, como contrapeso a China, y ha dirigido muchos sus misiles nucleares estratégicos, que antes apuntaban a ciudades y objetivos soviéticos, hacia China. En esa política de "contención", Estados Unidos, además del cinturón de bases militares permanentes que tiene en los mares próximos a China, cuenta con cartas importantes que utiliza a conveniencia: en el mundo chino, Taiwan, Tíbet, Xinjiang, incluso Mongolia, y fuera de él, Corea.

Mongolia es una cuestión menor, pero Xinjiang reúne condiciones para que Washington pueda crearle nuevas dificultades a Pekín: aunque su población es de menos de veinte millones de habitantes, la región tiene más de un millón y medio de kilómetros cuadrados y un movimiento islamista que conecta con el Islam más radical. No sería una novedad: si para erosionar a la Unión Soviética, Estados Unidos armó a los feroces señores de la guerra en Afganistán, creó Al Qaeda y financió las redes terroristas islamistas, puede volver a hacerlo contra China. Las posiciones políticas de los independentistas de Xinjiang no están lejos de los talibán o de los grupos musulmanes más rigoristas. No hay que desdeñar la posibilidad de que Washington decida crear focos de tensión introduciendo armas en Tíbet y en Xinjiang, y China lo sabe, como no es difícil imaginar el rumbo que tomarían Estados independientes desgajados de China en manos de fundamentalistas religiosos. Por si fuera poco, la propia evolución del Nepal, donde actúan grupos terroristas hinduistas y donde, tras la proclamación de la república, Washington pretende evitar que el país se oriente hacia un sistema socialista, puede convertirse en un problema añadido en las fronteras chinas.




En cuanto a Taiwan, aunque Estados Unidos acepta oficialmente la idea de "una sola China", juega con la "autodeterminación" de la isla (sabiendo que, para Pekín, la reunificación es un asunto central de su política estratégica), llegando al extremo de que ha prometido defender militarmente a Taiwan en un hipotético enfrentamiento con China. La reciente victoria del candidato del Kuomintang, Ma Yiung Jeou, en las elecciones presidenciales de Taiwan ha sido, paradójicamente, un triunfo para Pekín, más allá del recuerdo de los enfrentamientos históricos entre el Kuomintang y el Partido Comunista Chino durante la revolución. Frente a la agresividad de Frank Hsieh (el candidato del Partido Democrático Progresista, partidario de la independencia de la isla) que manipuló la supuesta represión en el Tíbet, Ma fue más prudente, apostando por la mejora de relaciones con Pekín.

En la península de Corea, las relaciones vuelven a ser tensas. El nuevo presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, está impulsando una orientación más agresiva en las relaciones con Corea del Norte, que se añade a la renovada presión norteamericana sobre Pyongyang. Contrariamente a lo que parecería razonable y prudente para avanzar en la superación de la crisis y en el establecimiento de un clima de colaboración entre las dos Coreas que permita la desnuclearización definitiva de la península, Seúl ha iniciado una campaña de acoso y denuncia contra Pyongyang, con el pretexto de la defensa de los derechos humanos. El gobierno chino ha realizado enormes esfuerzos diplomáticos (en las negociaciones a seis celebradas en la capital Pekín, entre las dos Coreas, China, Estados Unidos, Rusia y Japón) para desactivar la crisis y para impulsar la desnuclearización de la península (en la que China está muy interesada por obvias razones estratégicas), pero las diferencias entre las partes son grandes: han llevado a la apertura de negociaciones parciales entre Corea del Norte y Estados Unidos en Ginebra, en las que interviene el secretario de Estado adjunto norteamericano Christopher Hill, a consecuencia de las nuevas acusaciones norteamericanas sobre un "programa secreto norcoreano de enriquecimiento de uranio", que incorpora ahora al programa de plutonio que ya había sido abordado. Pyongyang mantiene que Estados Unidos añade constantemente nuevas exigencias al proceso negociador para retrasar la solución de la crisis, al tiempo que organiza con regularidad, de acuerdo con Seúl, maniobras militares agresivas cerca de sus fronteras. Hay que recordar que Estados Unidos mantiene cuarenta mil militares en Corea del Sur (que se elevan a cien mil soldados, si se cuenta toda la región del Mar Amarillo y del Mar del Japón) y que posee armas nucleares en la zona, y todo indica que sigue interesado en mantener abierta la crisis, todo lo contrario de lo que Pekín pretende.



Un último apunte. Frente a la idea tradicional de que los movimientos guerrilleros han sido protagonizados por los comunistas y por grupos de izquierda, lo cierto es que Estados Unidos ha organizado muchos grupos insurgentes, desde los feroces muyahidin y los talibán afganos, pasando por Al Qaeda, los muyahidin iraquíes que luchan contra Irán, las guerrillas eritreas, la contra nicaragüense, los monjes tibetanos o los albanokosovares de la UÇK, entre otros, además de grupos terroristas ocasionales que actúan en Líbano o en Asia central, y en otras zonas del mundo. Por eso, ante la maquinación y la mentira, después de lo que sabemos sobre las operaciones norteamericanas para acosar a la Unión Soviética, sobre la reciente organización de revoluciones naranja en la periferia rusa, sobre la revuelta de los monjes en Birmania (donde Washington quiere acabar con el régimen no porque sea una dictadura, sino porque escapa a su control); si añadimos la implícita advertencia norteamericana a Moscú y a Pekín forzando la independencia de Kosovo (donde previamente había financiado y armado a los grupos terroristas de la UÇK), y, ahora, la provocación en Tíbet, hay que preguntarse si, en la lucha contra China, el nuevo oponente estratégico de los Estados Unidos, los servicios secretos norteamericanos llegarán a considerar la creación de una Al Qaeda budista. Después de todo, durante la guerra fría, la CIA ya estudió la posibilidad de convertir al Dalai Lama y al budismo en instrumento de su lucha contra el comunismo en toda Asia.

Nuestros sueños no tienen fronteras






Alí Rodríguez Araque: "Nuestros sueños no tienen fronteras" www.cubadebate.cu Arleen Rodríguez y Mario Muñoz 280508

Fotos: Leonid Prado y archivo personal del entrevistado

· Eterno adolescente, porque "uno nunca termina de aprender y de intentar la realización de sus sueños", el Embajador de Venezuela en Cuba, Alí Rodríguez Araque, está convencido de que "el día que nuestra nación latinoamericana se unifique, tendrá un peso específico creciente en el mundo"




Habla siempre de "nosotros", incluso donde sería obligado decir: "yo", a pesar de que a sus 70 años sigue siendo uno de los más respetados, admirados y queridos dirigentes de la izquierda venezolana, debido a su constancia en la lucha por "servir al pueblo" -como tituló uno de sus libros- y porque no pierde oportunidad para estudiar, prepararse, indagar en los métodos y estrategias que hagan eterna la Revolución Bolivariana y que en ese camino sepa ser justa y pueda interpretar y resolver las necesidades y deseos de las mayorías en su país y en Latinoamérica.

Diputado, ministro de Energía y Petróleo, presidente de Petróleos de Venezuela, Secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Ministro de Relaciones Exteriores, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba, son cargos que aparecen en el currículo de este hombre sencillo, que se considera a sí mismo un eterno revolucionario.

Con toda esa historia a cuestas, Alí Rodríguez Araque sopesa bien las palabras antes de hablar y casi siempre esquiva las preguntas que apuntan a capítulos de su vida vinculados a los años de combatiente en la guerrilla venezolana. "No hay preguntas indiscretas, sino respuestas indiscretas", dice para evitarnos la pena en el intenso interrogatorio que le proponemos horas antes de partir de La Habana hacia su país, donde fue elegido vicepresidente para la región andina del Partido Socialista Unido de Venezuela.

Queríamos conocer más sobre su relación con la Cuba de los míticos años 60', la del apoyo incondicional a los movimientos de liberación nacional que entonces se gestaban en Latinoamérica, entre ellos el venezolano. Pero el Comandante Fausto (su grado y seudónimo durante la lucha) no pierde los hábitos guerrilleros y se vuelve prácticamente impenetrable.



Habla solo de hombres que todavía hoy, "más que amigos son mis hermanos, tanto en Cuba como en Venezuela, (porque) en los momentos de dificultades y de grandes pruebas, es donde se forjan relaciones humanas eternas". Pero no dice nombres ni da detalles, como si esa historia de hermandad entre venezolanos y cubanos, que en su caso comenzó hace más de cincuenta años, formara parte de un patrimonio demasiado sagrado para compartirlo.

-¿Cuáles son sus primeros acercamientos a Cuba, su historia, el proceso revolucionario que lideraba Fidel Castro, antes de 1959?

-De Cuba no sólo sabía por los estudios de Geografía, sino por las lecturas de obras de José Martí. Yo tuve la fortuna de vivir en un ambiente que muy tempranamente entró en contacto con la literatura, y dentro de unos cuantos autores que entonces pude conocer estuvo José Martí.

"Ya en el año 1959 estuvimos aquí por primera vez. Casi inmediatamente después de la caída de Batista. Habíamos formado parte de un movimiento que llamamos la Marcha de Bolívar a la Sierra Maestra, en solidaridad con los combatientes del Ejército Rebelde, de manera que cuando cayó la dictadura todos estábamos listos para venir a conocer la alborada de la revolución.

-¿Y por qué esa simpatía, ya entonces, con el proceso cubano, que era aún incipiente?

-Habíamos participado muy activamente en las luchas contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, en Venezuela. Yo fui expulsado de la universidad, casi todos mis compañeros de la Juventud Comunista fueron hechos prisioneros, incluyendo familiares míos que no tenían nada que ver con esa protesta. Ya desde entonces sentíamos una gran identificación con las luchas que se estaban llevando a cabo en la Sierra Maestra. Inmediatamente después de la caída de Batista, en Venezuela se desata un basto movimiento popular de grandes simpatías con la revolución cubana, y nosotros fuimos parte de ese movimiento.

-Luego de tantos años de lucha revolucionaria, con el triunfo de Hugo Chávez se fortalecen como nunca antes las relaciones entre Venezuela y Cuba, ¿qué significó para usted esa empatía evidente entre los líderes de ambos países?

- Ellos son el reflejo de la empatía entre los dos pueblos. Tenemos la misma idiosincrasia. Le atribuyen a Martí algo que a mi me gusta mucho. Cuando él estuvo en Caracas le preguntaron que cómo era Cuba. Y dijo que era una isla, con muchas palmeras y llena de caraqueños, tratando de describir la similitud entre cubanos y caraqueños.

"Quizás quienes simbolizan esa empatía son estos dos líderes, pero eso ha existido siempre entre los dos pueblos y particularmente entre los revolucionarios venezolanos y los revolucionarios cubanos."

-En octubre de 2006, Hugo Chávez da a conocer, en un discurso público, que usted sería el nuevo embajador en Cuba, ¿cómo recibió entonces aquella noticia?

-Como un hecho casi natural. Difícilmente yo hubiera aceptado esa tarea en otro país que no fuera Cuba. Y por supuesto, lo hice con una gran motivación. He intentado hacerlo lo mejor posible, con la fortuna de participar en una fase de elevación en la relación, no solamente cuantitativa; con logros que están a la vista. Fue una gran alegría para mi haber participado en la reinauguración de la Refinería de Cienfuegos, ahora veíamos con los compañeros de PDVSA-Cuba y del Banco Industrial de Venezuela los planes de proyección hacia nuevos logros, de manera que me voy muy contento y, por supuesto, con una dosis bastante grande de nostalgia.

-¿Qué han significado para usted estos años en Cuba?

-Muchas cosas. No es la primera vez que paso un tiempo, más o menos prolongado en Cuba. En anteriores ocasiones he estado por tratamientos médicos, en esta oportunidad representando a mi país ante el Estado y la Revolución cubana. Y por supuesto, en estas experiencias uno se lleva un aprendizaje. El más importante, quizás, tiene que ver con las impresiones muy vívidas que he tenido de la calidad del pueblo cubano, del espíritu solidario que lo caracteriza, de su bondad y de los apoyos que siempre he recibido incondicionalmente acá.

"Es muy grande la familiaridad, de manera que al uno dejar Cuba siente que deja a familiares muy cercanos, a una tierra muy querida, pero además de estos aspectos, que tienen que ver con los afectos, está el ejemplo de una revolución, de un liderazgo como el de Fidel, que ha sabido sortear tan grandes dificultades, tan grandes tempestades, y en cada desafío salir más fortalecido.

"Cuando nosotros estamos emprendiendo hoy cambios revolucionarios en el país, en medio de un proceso continental creciente, el ejemplo de la revolución cubana, de su carácter indoblegable, de su sabiduría para saber interpretar los anhelos del pueblo, la época y el entorno mundial, pues es algo sumamente importante, es, insisto, una experiencia irrepetible.

"Con ese espíritu retornamos a Venezuela. Ahora nos toca emprender una nueva misión, en esta oportunidad en la construcción del Partido Socialista Unido de Venezuela, que comienza ya a dar sus primeros pasos, y en ellos vamos a empeñar un esfuerzo tan grande como el que se requiera, a fin de poder dotar a la revolución venezolana de una fuerza que sea indoblegable, que tenga visión estratégica, que tenga claridad de su destino, que tenga la suficiente comprensión de la idiosincrasia del pueblo, de los deseos del pueblo y de los mandatos del pueblo; y por encima de todo consecuencia para llevar adelante, no importa cuales sean las dificultades, la misión que deja en sus manos el pueblo venezolano."

-Hay más tres mil estudiantes venezolanos en Cuba, ¿qué les aconsejaría?

-El mejor consejo que les puedo enviar está en dos ámbitos. Primero que se esfuercen en atrapar al máximo los conocimientos científicos, para que tengamos jóvenes mejor formados, pero tanto, o más importante que eso, que se lleven dentro de si el espíritu revolucionario y, con ello, el espíritu de solidaridad, de desprendimiento, de entrega a las más nobles causas de la humanidad.

-¿Cómo luchador de muchos años, que lectura hace del momento que vive hoy Venezuela?

-Estamos frente a grandes desafíos, no solamente en el ámbito interno, toda vez que existe una oligarquía que disfrutó de grandes privilegios en el pasado, que disfrutó, sobre todo, de una distribución absolutamente regresiva de la riqueza, de una riqueza que es propiedad común de todos los venezolanos como es la que se genera por la actividad petrolera, y esas oligarquías se resienten profundamente, a pesar de que apenas se les ha tocado, de ahí que en los próximos pasos esa resistencia y la agresividad se multiplicarán aún más.

"Pero si se tratara sólo de confrontar el problema interno, pues no sería mayor cosa. El problema fundamental, más que el interno, son los grandes desafíos que tenemos en el frente externo. El imperio norteamericano -y muy particularmente la derecha neoconservadora, ultrarreaccionaria- no puede tolerar que en alguna parte del mundo surja una revolución, y ni siquiera una revolución, que surja un ejercicio de soberanía de los países, si ellos consideran que ese ejercicio puede afectar sus intereses.

Tienen una visión del mundo unidimensional, todo lo que sea una suerte de disonancia de la orquestación que ellos proponen de sus valores, de sus principios, de su manera de ver el mundo, se considera una agresión a lo que llaman intereses de Norteamérica. Están los desgarrantes ejemplos de Iraq, de Afganistán y la larga, triste, dolorosa y a veces sangrienta historia de las agresiones contra nuestros propios países.

"Ellos han diseñado una estrategia que es sumamente perceptible para el más superficial de los análisis. Por un lado buscan aislar a Venezuela, y por otro lado tratan de caotizarla internamente, desestabilizarla, generar lo que ellos llaman ingobernabilidad, para justificar cualquier tipo de acción interna, externa o ambas combinadas.

"Esos son grandes desafíos que tenemos por delante. En lo inmediato vienen las elecciones de gobernadores, de alcaldes, de consejos legislativos regionales donde habrá una fuerte confrontación también. La estrategia del imperio y de las oligarquías es la de capturar, literalmente, la mayor cantidad posible de gobernaciones, de alcaldías, toda vez que si en diciembre pasado tuvieron una victoria electoral, esa victoria no les dejó nada concreto en las manos, desde el punto de vista del poder político.

"Queda, por supuesto, otros muchos desafíos. El primero, y el más importante en mi opinión, es la construcción de una verdadera fuerza revolucionaria con capacidad para poder conducir las transformaciones que exige el pueblo venezolano, que tenga igualmente oído y paladar para captar los deseos, las aspiraciones del pueblo y poder trazar planes, acciones, estrategias, tácticas que correspondan a esas realidades y además a las transformaciones que hoy están planteadas en Venezuela. Que igualmente sepa enfrentar, no sólo al enemigo interno, sino que esté en condiciones también de enfrentar al enemigo externo. Que esté en capacidad de trazar una estrecha relación con otras fuerzas revolucionarias del continente en el titánico y apasionante esfuerzo por lograr la reintegración de la gran patria latinoamericana y caribeña, Nuestra América, como la llamó Martí."

-Cómo experto en el tema energético, ¿cómo cree que podrá enfrentarse el tema de los altos precios de los combustibles y su impacto en la crisis de los alimentos?

-Afortunadamente, Venezuela no tiene carencias en el orden energético. Tiene no solo su enorme riqueza petrolera, sino también la maravilla de un río como el Caroní, que en apenas 140 kilómetros de caída genera más del 70 por ciento de toda la energía eléctrica que se consume en el país. De no ser por ese río, estaríamos consumiendo unos 800 mil barriles diarios de petróleo adicionales a los que ya se consumen. Son grandes las posibilidades que tiene nuestro país para enfrentar la crisis energética y no solamente en lo que se refiere a lo interno, sino también contribuir, como lo estamos haciendo, a través de distintos acuerdos como la Alternativa Bolivariana para los pueblos de América (ALBA), Petrocaribe, para por lo menos aliviar el peso de lo que significan para los pueblos hermanos.



En el tema alimentario, estamos al borde de una severísima crisis, sobre todo en el sector de los cereales, pero que a la larga puede trasladarse al animal que es alimentado en la agricultura moderna por cereales. De manera que se van generando factores de crisis en el mundo que obligan a repensar en nuestros países, muy particularmente en el caso de Venezuela, el problema de la Revolución Agraria.

"En nuestro país -es uno de los trabajos que vengo realizando en estos momentos- arrastramos un problema: no se produjo una Revolución Agraria, sin un reparto de tierra en ningún período, se dejó a los campesinos abandonados a su suerte, abandonaron aquellos campos, hubo una fuerte reconcentración territorial, y por disponer de una alta renta petrolera Venezuela se convirtió en un enorme importador de productos alimenticios. En una situación como la que estamos viviendo no basta con tener capacidad de compra, no basta con tener capacidad para importar, si en el mundo comienzan a escasear los alimentos. Hoy está planteado un esfuerzo de grandes proporciones para poder crear un nivel de autoabastecimiento alimentario que permita sostener los requerimientos mínimos de la población.

-Resulta asombroso, con sus años, su historia de luchas, sin embargo usted no se ha sentado a mirar el proceso venezolano, ¿cuál es el motor que lo energiza, como para permitirse trabajos de adolescente?

-Es que yo soy un adolescente, en el sentido de que uno nunca termina de aprender y de intentar la realización de sus sueños. Y eso requiere estar renovando permanentemente las energías para poder encarar los grandes desafíos. Todavía en estas tierras hay un pueblo doliente que merece que dediquemos lo que nos queda de existencia a su redención, a lo que ha esperado durante muchas décadas, desde los tiempos en que nuestros libertadores encararon el problema de independizarse del imperio español. Hoy tenemos que independizarnos no solamente de los nuevos imperios, sino también de las grandes limitaciones, pasar de lo que un día llamó Marx "el salto del reino de la necesidad al reino de la libertad".

-¿Qué opina de la relación entre Venezuela y Cuba?

-Diría que es una relación modélica. En primer lugar porque esa relación ha permitido romper dos grandes bloqueos: en el caso de Cuba romper el energético, aprovechando todas las facilidades que con su política petrolera, y energética en general, aplica Venezuela. Por su parte, Venezuela ha logrado romper un bloqueo peor que el energético, que es el bloqueo del acceso al conocimiento de un millón 500 mil iletrados que existían en nuestro país, el acceso a la atención médica y medicamentos gratuitos de 17 millones de personas que en su vida nunca antes recibieron esos servicios, entre muchos otros beneficios.

"De manera que se está inaugurando una nueva forma para avanzar en lo que Fidel correctamente ha llamado otro mundo posible, la colaboración desinteresada entre ambos países, utilizando nuestras complementariedades. Porque toda la idea de la integración se sustenta en la complementariedad y no en la competencia, en el estricto respeto a la soberanía de cada uno de nuestros países y no en la imposición de condiciones para prestar determinada "ayuda". En la solidaridad y en la cooperación.

Y este ejemplo comienza a prender progresivamente. Está el caso de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de América (ALBA), sustentada en esos mismos principios, que agrupa no sólo a Cuba y a Venezuela, sino también a Bolivia, Nicaragua, República Dominicana, y no pasará mucho tiempo sin que otros países estén formando parte de este modelo, con algunos elementos bien importantes.

No se trata solamente de tener un marco del ALBA o de los proyectos grannacionales, sino como acaba de ocurrir en la cumbre extraordinaria de Caracas, se convoca una reunión para prestar todo el apoyo solidario a una Bolivia en peligro de balcanización. Y frente a esa situación ha respondido con gran rapidez el ALBA, como igual ha decidido crear un fondo para enfrentar la crisis alimentaria. En fin, una política sustentada en un nuevo tipo de relación, yo diría más humana que comercial, aunque por supuesto sin despreciar los aspectos comerciales que tienen nuestras relaciones.

"Así que vamos por muy buen camino, y en eso, insisto, la relación entre Cuba y Venezuela es un excelente ejemplo. De allí que se busque por todos los medios bloquear el avance de este nuevo tipo de relación, que es la negación, precisamente, de otras formulas de integración como el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA) y los Tratados de Libre Comercio (TLC), que propicia el imperio con la finalidad de atrapar a nuestros países bajo el dominio de los gigantescos consorcios que provienen de esos centros imperiales con un enorme poder no solamente financiero, sino productivo y organizacional, frente a los cuales difícilmente las débiles economías nuestras pueden competir con un mínimo de condiciones para poder salir adelante.

-¿Cuál sería su ideal realizable de país para Venezuela, a partir de las propias posibilidades que le brinda la Revolución Bolivariana?

Alí y Douglas Bravo, en la guerrilla.




-Nuestro ideal no se limita a Venezuela. Nuestro ideal es el mismo que tuvo Simón Bolívar. El de la unificación de la gran patria latinoamericana, de la gran nación latinoamericana y caribeña. Porque somos eso, somos una gran nación. Poblamos el mismo territorio, tenemos el mismo origen, compartimos los mismos problemas, tenemos la misma cultura, las mismas creencias e incluso, podríamos decir que hasta el mismo lenguaje. Alguien podrá decir que los brasileños hablan portugués, pero es un portugués perfectamente comprensible para los hispanoparlantes y ellos a su vez entienden nuestro idioma, ahora, además, el español es el segundo idioma de los brasileños, obligatorio.

"De manera que somos una nación con gigantescas posibilidades. Basta mirar hacia Sudamérica para ver no solamente su extensión territorial, no solamente el número de sus habitantes, sino sus gigantescos potenciales, en materia de energía, por ejemplo: el gran pulmón vegetal del mundo está en la Amazonía. Y el espíritu de nuestra gente, la mezcla de razas que es como una especie de crisol, como decía Bolívar, que ha generado un nuevo ser humano, con muchas características positivas en nuestro continente.



"Así que nuestros sueños no tienen fronteras, somos internacionalistas, pero básicamente somos continentalistas. El día que nuestra nación latinoamericana se unifique, tendrá un peso específico creciente en el mundo, no solamente para redimir muchas de las penalidades de nuestro pueblo y llevarlo al reino de la felicidad, sino también para contribuir, en grado creciente, a la superación de gravísimos problemas que hoy padecen, aún en condiciones peores, otros pueblos, como es el caso del africano, por ejemplo. Y en eso Cuba es un ejemplo extraordinario y un guía para todos nosotros."